JUVENTUDES SOCIALISTAS DE ORIHUELA

JUVENTUDES SOCIALISTAS DE ORIHUELA

MICRORRELATOS

viernes, 28 de diciembre de 2012
A continuación, os dejamos todos los microrrelatos participantes en nuestro certamen 'Letras Rojas' (se preserva el pseudonimo del autor, excepto en los nombres de los ganadores, que ya se han hecho públicos):



1.  ¡Todos al tren!

Vuelvo a casa después de clase, llego a la estación y subo al tren. Necesito escapar de la realidad, tengo la necesidad de viajar a un mundo donde todo pueda ocurrir. Me siento en una butaca, cierro los ojos y me relajo, tengo un reino personal al que viajo para poder evadirme, donde me enfrento a dragones, soy capaz de salvar el mundo y puedo ser una valiente pirata o una hermosa princesa. El tren empieza a moverse, me dejo llevar, ¿qué aventura viviré hoy? No lo sé, dejaré volar la imaginación.

Oppa.


2. 25 de noviembre

El sol de la mañana dañó su rostro castigado. Lentamente sus párpados se abrieron y sus frágiles piernas se posaron en el suelo.
Mientras subía las escaleras, sintió la caricia del viento, como una mano misteriosa que la empujaba hacia la habitación.
Abrió la puerta y allí estaba él, tendido, bañado en sangre…

Aterrorizada se dejó caer…

No, no había sido una pesadilla.
 Sanders



3. Billete a un destino desconocido

Sentado en un vagón del tren con destino a ninguna parte, me marcho de este lugar.
Perdido en el eco de tus palabras, me encerré en los castillos de mentiras que tú sola edificaste.
¿Acaso no lo entiendes?
Todo lo que quería, todo lo que necesitaba, era lo único que no podía obtener. No beses mis labios y me digas que soy tu vida, si ni si quiera te atreviste a respirar mi aire ni a llorar mis lágrimas.
No me mientas, sé que nada va bien.
No hay mucho más que decir.

OdietAmo




4. Enfermedad incurable

José entra en su cuarto y como cada noche se arrodilla junto a la cama para dedicarle una oración a Dios:
- Querido Dios: hoy me han dado la nota de otro examen, y he vuelto a suspender. Segundo de Bachillerato es bastante duro y más con esta preocupación. Mi enfermedad aumenta y empeora. Cada vez más me siento peor e intento olvidarme de ello… pero es imposible. Por eso recurro a ti Dios, ¿crees que tendrá cura? ¿crees que podrás curarme de la homosexualidad? Espero tu respuesta. En el hombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

OdietAmo


5. Una relación complicada

A punto estuve de sumergirme en la eterna oscuridad cuando me dispuse a rememorarla. A penas recuerdo cuando la conocí; ni aun siendo el propio Telémaco por rencontrarse con su progenitor Ulises sería capaz de hallarla en mis recuerdos. Fui consciente de su presencia a los años de haberla conocido. Para mí en aquel entonces ella no tenía valor, no significaba nada. Pasó el tiempo y fui aprendiendo de las alegrías que me regalaba y del dolor que me causaba. Llegué a amarla en cierto momento, pero cuando supe quién era al fin, la odié. La odié con todo mi ser. Quise desprenderme de ella, y aunque me costó, lo conseguí. Y aquí estoy, sin a penas respirar y haciéndole un homenaje con susurros inaudibles. La dejo, es definitivo. Adiós vida.

OdietAmo

6. Desmontando mitos

Se despertó Endimión cansado de ser amado durante sus sueños, de no poder compartir una vida con Selene, su amante, debido al trato con el implacable Zeus, siempre celoso de los amores ajenos. Decidió que una vida eterna no era vida sin su bella compañera. “Soy pastor, humano, y como tal envejeceré y moriré” dijo a su Luna, rendida de admirarle en silencio y huir en sus vigilias, harta de ser la que espera. Así terminó el mito y comenzó la historia. Este amor no sería para siempre, pero sí sería verdadero.
Preludio




7. El anuncio de tu vida.

Ahí afuera el mundo no está preparado para gente como yo, por lo que decido pasar la tarde de nuevo con mi amiga “Samsung”. Este anuncio de Calvin Klein enmascara muy bien lo que hay afuera: Vitalidad, belleza, alegría…  ¿Qué colonia hay que comprar para tener esa vida? Yo desconozco la marca de aquella loción que debieron rociar en mí para provocar esta incapacidad de hablar y moverme. Pero,  el anuncio de mi historia es demasiado injusto, no tengo la oportunidad de acabar con mi vida, ni siquiera  me han preguntado si quiero ser el protagonista de ésta pesadilla.

Minerva

8. DEDICATORIA A LA JERARQUIA ECLESIAL

Hola, soy Dios y como tal dejaré que exista el dolor en el mundo, seguramente será la mejor forma de enseñaros lo bonito de amar. ¿Y sabéis qué? Voy a enviar a mi hijo con poderes mágicos para que empecéis a alabarme, que ya va siendo hora. Así destruiré el dolor y acabaré con tanta calumnia sobre Dios. Bueno solo deciros que gracias a todos los que me seguís  y aquellos que defendéis la secta que os habéis montado en mi nombre. Ahora enserio, soy el escritor y creo en Dios (la iglesia seguramente me llamará hipócrita).

Jeppeto

9. AMIGOS

Hola, soy aquel amigo que un día dejastes de ver, del que solo te queda ese recuerdo de risas en tardes sin preocupación alguna. Y si algo teníamos por lo que preocuparnos era saber cómo pasar la tarde. ¿Te acuerdas ya de quién soy? Ahora te diré que no soy uno, soy todos esos amigos que dejastes atrás. Te sorprenderé diciendo que no estoy muerto, que aunque tengo familia e hijos aún me puedes llamar. Porque las risas no tienen edad. Y no olvides llamar a Juanlu, Ramón, Antonio, Manuel y todos a los que un día dejaste de ver.

Jeppeto


10. Historia Naturalis, págs. 102-110. Selección de parágrafos

1.6.1 […] característica intrínseca del homo nenderthalensis era su predisposición al gregarismo, manifestándose en un comportamiento grupal extremo:
-Eta noche vamo a ver tos el partido, te vienes ¿no?
1.6.2 […] En esta protosociedad no había espacio para el pensamiento individual. Todo aquel que no era partícipe del pensar colectivo, quedaba excluido:
-No me gusta el futbol. -Chs, a chavo el tío raro
2.7.5 […] Cuando se reunían para la caza, una de las técnicas más empleadas era el griterío en masa, amedrentando así a sus potenciales presas y mostrando su virilidad:
¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!

          David Verdejo (Primer Premio).


11. La cara oculta del amor.

Estaba durmiendo cuando el ruido de un plato rompiéndose me despertó, oigo a mi padre, hoy mi madre ha salido con sus amigas y a él no le gusta, prefiere que se quede sola en casa. Cada vez grita más fuerte, ella comienza a llorar, de repente un golpe se mete en mi cabeza con un terrible eco, ha empezado a pegarle. ¿Qué hago? ¿La ayudo? La última vez que lo intenté mi madre me echó de la habitación. Otro golpe. Y otro. Me quedo acurrucada en el suelo mientras deseo la muerte de mi padre y espero la nuestra.

Oppa.

12. Brumas del puerto

Colgada de tus manos, mi cintura. Revoloteos aéreos de sal y espuma caminando hacia el puerto, sempiterno de brumas, formadas de aliento y trazadas con pluma.
-¿Acaso así es el mundo? –preguntas-
-contesto:-¿Acaso así lo dudas?
Pues si te miro a los ojos y de ellos tus pupilas, una a una, qué más certeza de vida que entregarte mi alma desnuda, que cobijes mis sueños en ellos y me abraces esta noche como si fuera la última.
Y que sean nuestros cuerpos cadencias de la ternura.
¿Acaso de nuestro mundo, aún cabe la duda?



13. Jazz

El humo del recinto era notable. Los pianos sudaban las notas de sus escalas mientras los saxofones bailaban una noche de estrellas. La humedad de las apuestas condensaba el alcohol de las bebidas y sí, también estabas tú, como cada noche.
Largas y afiladas piernas contratadas al son del contoneo nocturno, esclavas del corsé de mi mente presa, amantes de sin rostros que pertenecen a otros corazones. Yo era uno de ellos.

Garrapatas de guitarra desabrochan un botón de mi camisa mientras te miro.
Es tu melodía de vaivén, Sweet Lorrain, el jazz de todas mis noches.




14. Kichwa

Me he sentado en las más verdes colinas: las de los andes; asfixiado en las alturas más altas: sus cordilleras, caminado por las selvas más hondas: las amazónicas y, al volver al poblado, ¿Qué encontré? Las mismas caras amigas, los mismos guisos calientes, las mismas miradas de inocencia de los niños en los mismos juegos de siempre.
Me colé en el estereotipo y he comprendido: quise dar una ayuda que necesitaba y ofrecer una vida que no tenía, acompañar porque me sentía sola y enseñar porque no sabía nada.
Crucé un océano para darme cuenta: no somos tan diferentes.

Relato inspirado en un viaje de cooperación internacional que realicé a los andes ecuatorianos, donde tenía que enseñar a niños pequeños que fueron los que realmente me lo enseñaron todo.

15. Únicamente tú

Esta mañana, tras tomar una fuerte bocanada de aire, me he percatado, para mi asombro, de la presencia de unos seres igualitos que yo escampando a sus anchas por las calles de la ciudad. Distaban en apariencia, mas no lo hacían en esencia. Pero temía encontrarme con alguna de esas miradas desconocidas que escondían una vida que no tendría tiempo para conocer. No obstante, no he podido dejar de preguntarme por qué si hay tantos para elegir y que pueden ser afines a mí, por qué hoy que solo faltas tú, no sé cómo luchar contra esta amarga soledad.

Rebelde sin causa





16. Lo más grande de mi vida

Nada de lo que haga servirá para espantarla, es un parásito de mi alma. Yo no la elegí, ella vino a mí sin ser esperada, llamó a mi puerta y desde entonces no he podido vivir sin ella. Dueña de mis amarguras y mis alegrías, me da la vida, me inspira y ha de ser inspirada. Es tan distinta cada día… pero se adapta a mí, es comprensiva, siempre es capaz de ofrecerme lo que yo necesito, sólo ella merece conocer lo que guarda lo más oscuro de mi ser, sólo ella ha conocido el dolor como lo conozco yo.

Rebelde sin causa



17. Impasibles

Cuando fui a abrir los ojos ya había perdido mi visión. Era demasiado tarde para hacer algo con el desastre. Un ingente número de invidentes me acorralaron como almas en pena. Se lamentaban preguntándome, “¿por qué debemos pagar nosotros? ¡No hemos hecho nada!”. Sin embargo, yo caí en la cuenta de ese había sido el problema. Ciegos de razón y de sabiduría no pudieron luchar contra el destino que no habían elegido, pero sí habían consentido. Mas me percaté de que yo estaba corriendo la misma suerte y no podía evitar sentirme impotente y avergonzada por pertenecer a esta raza.

Rebelde sin causa




18. Multiversos en un bar.

Allí estaban, descansando después del duro día en el cuerpo de la policía, como siempre se pidieron su whisky, el cual no se terminarían de beber hasta las tantas de la mañana, se sentaron en la mesa del fondo del bar.      
    -Como te contaba, ¿conoces la teoría de los multiversos? – Le pregunto Juan, a lo que Aaron contestó. –No, parece interesante, cuéntame. Juan empezó. – Mira, es así, hay infinitos multiversos, en los cuales en ese universo hay algo distinto, por ejemplo hay infinitos multiversos en los que yo no sé que es un multiverso. Y siguieron así hasta las tres.

Hogosha





19. Nada es lo que parece ser

Dichoso día en el que el cartero decidió dejar a la fortuna esa carta sin nombre, sin remitente, sin nada. Entró en mi buzón infiltrada como otra más y sin embargo era tan especial que me tuvo en vilo toda una noche. Encerrada en un azul sobre decía: “Aquí yace la esperanza, ábrela.” No la abrí por cuestión de moralidad, por cuestión de principios… o por lo menos los tenía hasta la mañana siguiente, cuando, por sueño o por falta de contraargumentos a mi moral, la abrí. Fue entonces cuando comprendí lo absurdo de mi insomnio. Dentro había un pequeño papel con una inscripción: “esperanza cerrada”.

Bufido


20. Camino hacia la Libertad

Esta es la historia de mi vecino de arriba: las pelas con sus padres son la rutina; en el instituto una colleja y todos se ríen; lo profesores nunca le entienden. Ni yo, ni nadie que yo conozca se interesó nunca por él, eso también es cierto. Siempre ha sido invisible, diferente y piensa que nadie le quiere. Llega un día a su casa. Está solo en su casa como siempre. " Nadie tiene la culpa de tener horarios distintos ", que le decía su padre. Se hace la comida mientras su cara refleja la nada y seguidamente va a su habitación. De repente tiene un idea, una trágica idea. Se asoma por la venta y piensa que solo un salto podría acabar con los insultos, la indiferencia, las peleas en casa . Coge papel y lápiz, dibuja una sonrisa y salta hacia la libertad. Su libertad.

Mazorca


21. Su Perdición

Su amor, su cariño , su amada todos los adjetivos cariñosos se quedan cortos con lo que mi amigo Raúl siente por ella, es su perdición en todos los sentidos , el siente por ella lo que nunca antes había sentido por cualquier otra, esta enamorado no la quiere dejar, por mucho que el sepa que le perjudica que le hace daño que le está destruyendo por dentro, pero el no hace caso ni a sus padres ni siquiera ami , su único amigo. Esto que os estoy contando es la historia de mi amigo Raúl, que murió hace dos semanas debido a su perdición que fueron las drogas en su caso la Marihuana.

Mazorca




22. REVELACIÓN

En ese momento el agua se volvió caliente…

Fue lo único que  percibió Michael: ni dolor, ni angustia; sólo el ardor de su piel, mientras penetraba en las profundidades de ese pantano inhóspito, entre los incisivos de aquel ser.

Sanders


23.  Ser o no ser

Ser. No ser. Ser. No ser… se le quitó el apetito, pero siguió comiendo para mantener el tipito… era muy coqueta. Le dolía todo el cuerpo, pero te daba la mejor de sus sonrisas… era muy risueña. Se le cayó gran parte del pelo, pero se rapó la cabeza: “así pareceré una de esas chicas modernas”, me solía decir. Ser o no ser. Esa era la cuestión. A veces el destino toma las decisiones importantes sin tenernos en cuenta. El cáncer se llevó a mamá, pero se fue dando ejemplo: ella decidió ser.

Mikael


24. Solsticio de invierno.

Hoy es 21 de diciembre, me encuentro en Orihuela, lo que quiere decir que me encuentro en pleno solsticio de invierno, esta carta esta dirigida a ti hermana mía, hace poco que me han despedido, ya ves la crisis nos afectan hasta a las personas que tenemos un doctorado en ciencias económicas y empresariales, pero no te preocupes, pronto entraré a una empresa de cosméticos espero que te valla bien ayudando en la republica de Botsuana, para mi siempre has sido un ángel enviado a la tierra para ayudar espero tu próxima carta con ansias.

Hogosha.


25. Un minuto.

Comienzo a exudar, me seco el sudor, estoy muy nervioso, no debería estar aquí, cojo el rifle de largo alcance, observo por la mirilla, exacto, como dijeron, a las 6:69, un hombre sentado, un hombre bien trajeado, con su maletín negro de cuero, un pez gordo, todo como estaba planeado, me predispongo a disparar, la mano me tiembla, tengo que relajarme, sujeto el rifle con fuerza, pongo la mira en la frente del pez gordo, a las 7:00 debe morir. Tres…dos…uno. suena el móvil, me asusto, apretó el gatillo,  miro el móvil, “contrato cancelado”. El esta muerto, y yo también.

Hogosha.


26. Unas rosas sin destino

Ella, una rosa de cristal, yacía tumbada. Su larga y perfecta melena rubia ocupaba una gran parte de la cama vacía. Se giró y abrió los ojos esperando ver a alguien al otro lado, pero nada. Su prometido, no se encontraba a su lado. Aturdida por su reciente despertar, comenzó a pensar en su posible paradero. Las sirenas de ambulancia que sonaban llamaron su atención y, cerrando los ojos, se lo imaginó en el suelo, muerto, y unas rosas junto a él. Un segundo después, la melodía de su móvil, la sacó de ese pensamiento. Se acercó a cogerlo y quedó paralizada. El 092 hizo aquel sueño realidad.

Bufido


27. EL MEJOR VIAJE QUE PODRÍAS IMAGINAR

El verano pasado Edward viajó a una de esas famosas islas exóticas de nombre impronunciable (al menos a la primera). Nadó con delfines en playas de agua cristalina. Buceó entre hermosos arrecifes de coral. Exploró selvas inhóspitas asombrándose ante la visión de animales únicos en el mundo. Galopó a camello por hermosas dunas. Pasó inolvidables noches de pasión con hermosas jóvenes autóctonas.

Fueron las mejores vacaciones de su vida.

Y las más baratas.

Sólo tuvo que cerrar los ojos e imaginárselas.

Julián Carax

28. FECHA SEÑALADA

Era un día especial para Zachary.

Vestía sus mejores galas. Aquel traje que compró para fechas señaladas y que pensó que nunca usaría fue el más adecuado para la ocasión. Estaba impoluto. Llevaba la raya recta, de peluquería. Incluso maquillaje.

Todos sus conocidos habían acudido, debía estar presentable. Familiares cercanos (y lejanos). Amigos de toda la vida. Incluso personas que no había visto en años. Todos reunidos por una misma razón: él.

Era un día especial para Zachary.

Su funeral.

Nunca había vivido nada parecido.

Julián Carax

29. LA GOTA QUE COLMA EL VASO

Está tan tranquila, en el fondo de la botella, sin molestar a nadie. De repente, su mundo se pone boca abajo. Arrastrada contra su voluntad, es precipitada a un destino incierto. Durante la larga caída sólo tiene como compañía la terrible duda de si caerá dentro o fuera del vaso. Desgraciadamente, cae dentro. Su a priori inofensivo impacto tiene una consecuencia devastadora. Se produce una turbación en la superficie. El vaso se desborda. Cientos de gotas son despedidas hacia lo desconocido.

Y toda la culpa es suya.

Mentira.

El culpable es quien ha vaciado la botella.




Yeray García (Tercer Premio).

30. Ella

    Levantó la sábana muy despacio y se deslizó de la cama con un gesto de dolor y un aire de no saber bien donde estaba. En sus ojos se veía claramente las huellas de una noche en vela. La vigilia había sido tan larga como la pena que arrastraba.
    El aroma a café invadió toda la casa, sacándola temporalmente del letargo y pintando unas gotas de vida en su rostro. Sentada junto a la ventana del jardín miraba, sin ver, la nieve que ya cubría los rosales.
    Lentamente entornó los párpados y de su alma empezaron a llover tristezas.

Someonebutanyone


31. El río desbordado

Rebeca, chica carismática y con un futuro prometedor, tenía todo cuanto podía pedir: Un proyecto de familia, trabajo, salud…etc. Siempre mostraba su lado más alegre a la vida y hasta aquel día, ésta respondía con normalidad. Toda su vida fluía con absoluta serenidad, hasta que un día como otro cualquiera, regresando de su trabajo, caminando, paso por al lado del cementerio y vió a gente conocida, curiosidad en mente se acercó, y sus ojos, abiertos como platos, observaron cómo el rio por el que su vida fluía, se descarrilaba y se perdía lentamente.

Neislim




32. Un buen sueño

Días pasando, y el gran evento se acercaba, quedaba poco para el baile de primavera. Ángel, sin pareja, ansiaba ir con la chica con la que tanto había soñado. Justo después de la fatídica semana de exámenes, a las puertas del fin de curso, el baile. Ángel no se atrevía a formular la pregunta por miedo al rechazo, pero una tarde, al terminar el examen de literatura, la chica se le acercó, sus miradas se perdieron, sus manos, entrelazadas y aquella pregunta quedó en el olvido, el sueño cumplido inundó su mente…

Neislim




33. La puerta que se abrió

Anhelaba la llegada de las vacaciones, tras finalizar su penúltima jornada laboral, saludó a su familia, disfrutó de una velada, y tras una tarde ajetreada con asuntos familiares, llegó su momento de hacer deporte. Salió a correr por la montaña, cuando regresaba, no se percató de una gran grieta que se extendía profunda y ampliamente. Por no acudir tarde a la reunión, se armó de valor, atados los zapatos, saltó y lo consiguió, hasta pasado mucho tiempo, no se dió cuenta que aquella acción supuso un gran cambio en su vida.

Neislim

34. LA OCASIÓN

Delante del espejo se cepillaba el pelo. Las cerdas le recorrieron la cabeza para recogerlo todo en un moño lleno de horquillas. Comenzó a ponerse unas medias roídas y llenas de agujeros; Tchaikovsky y su cuarto acto habían tenido la culpa. Subió los pies al tocador y se anudó las zapatillas con un lazo, se colocó el tutú y respiró profundamente; pronto llegaría su gran momento.
En Moscú, la calle Arbat duerme en silencio mientras en un desván abandonado, una bailarina dentro de una caja de música espera todos los días para representar su última función.



María García (Segundo Premio).




35. La vieja pareja.
Me despierto una mañana fría y humeda de diciembre. Miré de reojo y ...¡ví que es un hombre! ¡Había un hombre a mi lado! ¿Qué estaría haciendo ese hombre en mi cama? ¡Pero si no lo conocía de nada! Le pregunté quién era, y habló pausadamente, con cierto nerviosismo. Me dijo que era mi marido. Ese hombre debe de estar loco, pensé. Le expliqué que yo nunca me había casado, a lo que me contestó, que yo no recordaba nada del ayer; que sufría una enfermedad típica y común. Sentía curiosidad por lo que me contaba, y le invité a desayunar. Un café y media tostada. Recogí la mesa, lavé los platos y ¡vi a un hombre! ¿Qué hacía ese hombre en mi cocina? ¿Qué hacía ese hombre en mi casa? Y...un momento, ¿Yo qué hago escribiendo?
M.Melpómene.

36. El hogar.
Los niños pasarán un tiempo en casa de la abuela. Yo iré a Barcelona; me ha dicho Luisa que solicitan trabajadores para una fábrica de cítricos. Me alojaré en casa de María durante un par de semanas, hasta que pueda permitirme pagar un piso de alquiler cerca del trabajo. Los niños tendrás que faltar a clase por un tiempo, no puedo llevarles al colegio ni mucho menos pagar a alguien para que los lleve. Me siento vacía. Desgarrada. Vendo ilusiones rotas, recuerdos de ayer, planes difuminados. Olor a paz, risas al desnudo, pequeños tapujos. Se venden nuestros sentimientos, nuestro techo, nuestro hogar. Vendo llantos desconsolados, sonrisas vacías, esperanza tardía.

M.Melpómene.

37. ¿PALOS A GUSTO NO DUELEN?

Un tremendo bramido sacudía la ciudad desde sus cimientos. Muchos hacían por tapar sus oídos con algodón ceniciento; otros apretaban más y más la venda alrededor de sus ojos, en un vano intento por escapar de la realidad que lijaba, sutilmente, su piel. Pero en sus carnes sentían un estremecimiento, y, en la comodidad de su sofá, arañazos y cardenales aparecían misteriosamente.   "-¿Te duele? ¿Quieres pomada? Ven, enciende la tele; quédate sentado, mansamente, no te alteres. ¿No ves? Todo va bien." Y una sedosa mano de charol negro acariciaba su conciencia. Mientras, en las calles, comenzaba la carga.

DÔN




38. EL SER HUMANO

¿Cuánto tarda un beso en ser besado? ¿Y la brisa en ser escuchada? ¿Cuánto tarda la angustia en ser aplaudida, y la nostalgia en ser olvidada?¿Quiénes son dueño y esclavo? ¿Quién señor y quién lacayo? ¿Quién espera recompensa? ¿Quién da sin recibir? Si preguntan y no esperan respuesta... ¿Alguien contesta?
Cuando los labios se mueven y producen sonidos, acordes magistrales de dulces melodías; cuando las palabras vuelan al son del viento, mecidas por la magia de una noche estrellada, ¿quiénes somos entonces? Algo insignificante bajo el manto del universo infinito, punto minúsculo, titán encerrado. El ser humano.

DÔN




39. VEO

Cuando me envuelve el sueño, abro los ojos para ver. Veo calles atestadas de sonrisas de papel. Veo un ritmo frenético que me hace dar traspiés. Veo hojas amarillas dulcemente fallecer. El mundo gira y gira, ¿soy el único que ve?
Veo el sol de la mañana, veo niños en la calle. Veo sonrisas desdentadas en los bancos de los parques. Veo a respetables hombres mirarlas mientras pasan. Veo sus negros corazones tras hipócritas casacas.
Veo humo negro y denso que ciega la garganta. Ya está aquí el maldito sueño envolviéndome otra vez. Y mientras el mundo gira, ¿soy el único que ve?

DÔN


40. OTRO MUNDO

Empezó a soñar.  Soñó con un mundo desastroso. Un mundo donde todo se centraba en la belleza, en la ignorancia y en la hipocresía. Un mundo en el que sus ciudadanos no miraban más allá del materialismo. Un mundo en que a diario se armaban niños y maltrataban mujeres para sacar provecho a la inocencia de ambos. Un mundo en el que día a día estallaban guerras sin sentido. En el que el egoísmo sobresalía. Un mundo utópico, irreal. Nunca llegaremos a esta situación, está claro. Despertó, entonces.

Yaumet.

 
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